En un curso de Ecología que realicé nos ofrecieron participar en un juego como éste, y la idea me gustó tanto que decidí aplicarla en el tema de Ecología, se puede aplicar a todos los niveles, yo la he puesto en práctica en 3º de ESO y en 1º de ESO, y cuanto más mayor es el alumnado, mejor.
Lo primero que hice fue hablar sobre un problema, un conflicto de intereses que existe respecto a la figura del lobo, tan odiado en los cuentos infantiles, y en la vida real, por los ganaderos, ya que cuando hay escasez de alimento, estos animales pueden atacar animales de granja, como ovejas por ejemplo. Claro que los ecologistas defienden a ultranza al lobo, argumentando que es un ser vivo respetable, y que tiene derecho a buscarse el alimento. El alcalde del municipio afectado está presionado por los ganaderos, ya que si quiere seguir gobernando, necesita todos los votos posibles. La universidad adopta el punto de vista científico respecto al problema; si hay para más grupos, otra figura puede ser el Consejo Europeo, que es más difícil porque tiene que controlar sobre normativa y directivas europeas, sería un punto de vista muy legal, y basado en jurisprudencia si la hubiera.
Los alumnos y alumnas se van a distribuir en grupos en función del rol que quieran preparar (o de cualquier otra forma), y la tarea consiste en preparar muy bien su personaje, y sacar los puntos débiles de los demás, porque el producto final es enfrentarse todos los roles en un debate, con el objetivo de llegar a una solución que satisfaga todos los intereses.
Es muy interesante observar cómo el alumnado se mete en su papel, defiende sus causas y argumenta para ello, con información objetiva que ha buscado por su cuenta, sintetizado y expresa oralmente con sus propias palabras. El profesor actúa como moderador del debate, y ayudando a buscar información, resolviendo dudas, etc.
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