Lo primero que hicieron fue diseñar y aplicar unas encuestas a todo el profesorado y alumnado, para averiguar tanto los conocimientos como los hábitos que tenían respecto al reciclaje, además de las instalaciones con las que cuentan los diferentes espacios del centro educativo, principalmente los tipos de contenedores que hay y su ubicación. Nos organizamos par poder pasar por todas las clases en nuestras horas de CTMA y por todos los espacios, yo me encargué de que todos los profesores tuvieran el cuestionario y ellos habían creado un código qr con él y también tenían algunas copias en papel.
Tras el análisis de esos cuestionarios decidieron impartir unas charlas en los niveles de 1º y 2º de ESO, ya que eran los que más desconocimiento presentaban, así que prepararon una presentación, y además una dinámica, para averiguar a qué contenedor iba cada residuos.
Posteriormente pasaron una segunda encuesta, con alguna pregunta igual a la primera, para ver si el alumnado había mejorado los hábitos y las charlas habían surtido efecto. Además sirvió porque íbamos a presentar este proyecto a un concurso de estadística que organiza la Universidad de Oviedo, la Incubadora de Sondeos y Experimentos.