Empezamos a pensar en expandir las labores de motivación y concienciación sobre reciclaje fuera del centro educativo, y lo primero que se nos ocurrió es la posibilidad de ir a centros educativos de alrededor; enseguida hablé con el equipo directivo para ver si podía ser posible y la directora me facilitó la comunicación con dos colegios: Evaristo Valle y Pumarín, y una escuela infantil: Alejandro Casona.
Los Cachalotes decidieron ir a la escuela infantil , a la clase de 5 años; y a los colegios a la clase de 6 años, pues querían idear juegos y actividades con niños pequeños.
Inicialmente preguntaban y charlaban con los niños para ver lo que sabían sobre el reciclaje.
Una de las actividades consistió en crear un juguete a partir de un residuo: los niños y niñas pintaron de colores unas hueveras de cartón, y con ellas se fabricó un ciempiés.
Después, había un juego (mientras secaban las hueveras): a partir de unos contenedores de cartón y unos residuos de cartulina que se podían pegar a los contenedores con velcro, los niños y niñas tenían que averiguar a qué contenedor iba cada material.
